domingo, 21 de septiembre de 2008

INFIERNO SOSTENIDO.


Fue Platón el primero que expulsó a los poetas…
Yo también hace tiempo que los desterré…

Nochea al fondo, por encima de la sierra. Hay algo detrás que azuza las nubes y se las traga para prenderles fuego. Todas confluyen remisas en la fragua; se estiran y estiran –como las palabras que se gritan con odio- por encima del puerto, de las palmeras y los grandes edificios de la rambla, para fundirse allí y teñirse de un color venoso, como de herida, un color parecido –notablemente más intenso- al de las tapas sencillas del poemario de Oscar Santos Payán (El Gaviero. Colección Guairo. 2006), aunque del mismo tono trágico que el corazón que ha dibujado para él Ágatha Ruiz de la Prada.

Con él he hecho una excepción –la que espero hacer con Pedro cuando me regale su libro de una vez- y las osadías se pagan. Lo he leído, claro.
Al cerrar la última página, la habitación se ha quedado muda, histriónicamente silenciosa, como las gargantas después de haber gritado.
Lo sabía…Ya está aquí, de nuevo, la poesía.

6 comentarios:

Juan Manuel Gil dijo...

amigo, con oscar santos, como te ocurrió a ti y a mí, se da por casualidad. pero bendita casualidad. no exagero si digo aquí, en tu efectivo blog, que algunos de mis grandes momentos tienen mucho que ver con algún almuerzo o algún trasnoche en compañía del polipoeta santos. y ahora estamos de celebración, además. acaba de abrir blog: www.infiernosostenido.blogspot.com. y por supuesto: Infierno sostenido es uno de los libros más honestos, valientes y talentosos que he leido de la última poesía española.

Óscar Santos Payán dijo...

Qué bueno ha sido encontrarte en este mar de cables y de números. En primer lugar quisiera disculparme por no haberme puesto en contacto contigo antes. El horroroso trabajo cotidiano unido al trabajo delicioso de leer e intentar escribir no me dejan mucho tiempo, en todo caso lo que dejan es cansancio y el colesterol disparado. Al entrar en el blog de Juanma te he visto a lo lejos y he leído tus comentarios, que destilan una prosa exquisita y barroca. La tentación continúa aquí, en tu casa. Y tengo que decirte gracias, mil gracias por esa maravillosa reseña sobre la poesía y en especial sobre Infierno Sostenido.Prometo visitarte aquí y enviarte unas fotos que te debo. Un abrazo fuete, de verdad, y de nuevo, gracias.

PEPE dijo...

No es fácil tener la suerte que hoy tengo yo. Dos poetas/escritores visitando mi casa, devolviendo de esta forma tan educada el que sin previo aviso yo me haya colado en las suyas.

Un abrazo a los dos, y lo dicho, queda pendiente una cerveza (o dos si son pequeñas)

antiplatonico emboscado dijo...

BIBLIOTECA QUEMADA. ANDRES FERNADEZ DE ANDRADA. EPISTOLA MORAL A FABIO. Poema contra la claudicación.



No pude salvarlo y pereció por triplicado. La versión más querida para mí, la de la editorial Crítica, con prólogo de Dámaso Alonso. Es mi libro favorito y desde que lo descubrí hace 15 años me ha acompañado siempre, hasta el incendio. Su lectura (me obligué a no aprendérmelo de memoria) ha sido una referencia continua para mí. Lo extraño como a pocas cosas, quizás como a ninguna. Puesto que empiezo desde la más absoluta nada no voy a atarme a objeto alguno, pues su perdida, inevitable y por venir, no ha de ser inconveniente. Y esto ya estaba en el propio poema del soldado Andrada, en su Epístola moral a Fabio.

Ha sido considerado este poema como un manual de estoicismo. Sin duda síntesis acabada de un estoicismo que nos sigue apelando de forma directa, sin circunloquios ni largas exposiciones, tan afilado como un cuchillo y tan silencioso como la flecha que sabemos ya se ha lanzado y que se dirige ávida al corazón a pesar de nuestra indiferencia. Es desde luego un arsenal de argumentos estoicos pero lejos de lo presuntuoso de esta literatura tan dada a la monserga. Su carácter verdadero viene dado por la fragilidad de su emisor, que nos habla desde la propia duda de haber llevado a efecto sus propias prescripciones. Mensaje de un amigo atribulado que asume la propia humanidad del lector al que considera, como a Fabio, un probable sufriente, ser doliente y quejoso ante las injusticias que nos causamos nosotros mismos. Pues ese es tenor de la epístola: nosotros como problema, nosotros como solución, la asunción de la individualidad como algo por hacer lejos de la cristalización del individuo en arquetipo (manía platónica). Su poema es la carta de un amigo cercano que nos propone no claudicar, no rebajarnos especialmente ante nosotros mismos.

Debo confesar que pocos libros llevo dentro de mí como ese. Transformado en vida, es una parte de mí. Su constante recuerdo no me ha animado a volver a comprarlo. Su recuerdo, vago, episódico, retumba en mi cabeza con frecuencia. Su nueva adquisición me enfrentaría a amargos recuerdos, sin embargo. Enfrentado con mi pasado, renuente, suelo decirme: “Fabio, las esperanzas cortesanas prisiones son… “ y no recuerdo más. Y sin embargo pocos libros como ese. Ninguno.

Salud.

cuadernogaviero dijo...

Desde la gavia agradecemos tu apoyo a nuestros queridos autores

Óscar Santos Payán dijo...

Como lo prometido es deuda visito tu casa sin llamar a la puerta, ya sabes lo que dicen de la confianza. Ahora estoy en el trabajo, utilizando una puerta invisible con bisagras de quita y pon. Me he dado cuenta que hay un nivel muy alto en tu blog, da un poco de vértigo. Y todos abogados, es curioso. Me pregunto si no os habéis equivocado de profesión. Dicen en New York que en invierno hace tanto frío que los abogados llevan las manos en sus propios bolsillos, en Almería también pero para sacar de éstos en cualquier momento un lápiz y un papel. Me alegra mucho que sea así. Bueno, un saludo para tí y los tuyos y para ese mosaico de visitantes que tan gratas hacen las visitas a tu casa. Un abrazo