domingo, 20 de diciembre de 2009

DISPARO




Los cambios de tiempo aún hurgan en la cicatriz de mi herida; el frío intenso que baja de la sierra, el calor sofocante invernado debajo de la polución, los nublos que descollan por encima de los rascacielos de Madrid, repasan la trayectoria abierta de la bala, travestidos de un picor punzante, de uno a otro lado de mi entrepierna. Es otra forma de traer al recuerdo lo sucedido en aquellos días, de que no olvide, por mucha distancia que le haya dado a Cela, la miseria de la condición humana.
"Herida de bala en las partes blandas del muslo derecho, producida por disparo a bocajarro. Orificio de entrada de 7 á 8 milímetros de diámetro redondeado y situado en la cara anterior del masto tercio medio, orificio de salida, cara posterior del muslo anchamente abierto con dos extensos colgajos y por el que asoman fragmentos de músculos. Regularizada la herida con las tijeras se le dieron 15 puntos de sutura. Probablemente la cicatriz será completa al mes." Así decía el parte médico de mi intervención, aunque, como puede verse, no me previno del recuerdo que después de tanto tiempo aún abriría la vieja herida.

3 comentarios:

Óscar Santos Payán dijo...

Nieva copiosamente en Madrid. Trabajo y nieve deberían ser incompatibles. Carreteras atascadas, líneas de metro sin servicio... Lo ideal, en días como hoy, sería poder estar en casa tomando café con un amigo, un abogado por ejemplo. Un abrazo, amigo.

Óscar Santos Payán dijo...

Gracias por felicitarme. También te felicito yo por el tuyo. Lo de la barrera es psicológico y como no ando bien de eso ni me entero. Feliz año para ti y los tuyos, amigo. Un abrazo muy fuerte.

Silvia_D dijo...

Querido, Pepe
No sé si leerás estas lineas, pero me he acordado de ti releyendo antiguos post de mi blog Paseando por Terra, que ya no uso... tengo Paseando terra2... si entras, por aquí, mándame noticias tuyas. Un besazo!!